
El Concilio Vaticano II nos dice que la Virgen María, nuestra Madre “después de terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como Reina universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte”. LG 59
Padre Oriel Concepción Martínez
Director de programación
Radio María Panamá